La (de)construcción de un pecio
El Barceloneta I, un barco de tingladillo en 3D
Los arqueólogos que excavaron el pecio lo bautizaron con el nombre de Barceloneta I por su ubicación, entre la estación de Francia y la Barceloneta.
Importancia
Único en todo el Mediterráneo y representativo del dinamismo económico de Barcelona durante los siglos XV-XVI.
Datación
El análisis de carbono 14 situó la fecha de construcción hacia el año 1410. La esperanza de vida habitual de este tipo de barcos era de 10 a 15 años. El depósito final de la parte conservada lo podemos situar antes de 1439, durante las obras de la primera escollera del puerto artificial.
Técnica constructiva
La técnica constructiva del barco de tingladillo no es la propia de una embarcación construida en el Mediterráneo. El principio constructivo es el forrado previo y casco trincado, propio del ámbito atlántico, desde el Cantábrico hasta el Báltico.
Origen
La presencia de polen de especies vegetales propias de un ambiente cantábrico o del Atlántico templado, la comparación de la pieza con otras similares, la historiografía existente y la documentación archivística han llevado a plantear la hipótesis de que sea de origen vasco.
Tipo
Embarcación mercante de dimensiones medianas-grandes y gran capacidad de carga. Todo indica que se trataba de una "barxa" vasca gobernada con un único timón y propulsada por una gran vela cuadrada dispuesta en el árbol mayor. Este, probablemente, se veía acompañado por otros dos mástiles, el de trinquete, situado más a proa, y el de mesana, más a popa; este último con vela latina.
Dimensiones
Eslora (longitud) de unos 30 metros y manga (anchura máxima) cercana a los 9 metros. Capacidad de carga de entre 150 y 300 botas (entre 62 y 124 toneladas). La bota era la unidad de medida empleada en la Edad Media para calcular la capacidad de una embarcación. En Barcelona era el equivalente a 10 quintales, 416 kg.
Tripulación
35 marineros
Pecio
Barco vivo convertido en objeto arqueológico. El Barceloneta I fue encontrado a los pies del baluarte de Migjorn, bajo la primera escollera de Barcelona.
Hipótesis
En 1420 y 1426, respectivamente, el diario del Consejo de Ciento recoge dos noticias relativas a los grandes temporales sufridos en la playa de la ciudad. Ambas destacan que, entre las embarcaciones siniestradas, había algunas "castellanas" o de tingladillo que habían acabado "dando en tierra". Los rasgos concuerdan bien con los restos de una embarcación varada en la playa y en proceso de desguace tras un golpe de mar que la hubiera arrastrado hasta el lugar donde fue encontrada. Así lo indican las evidencias de descuartizamiento y expolio que presenta el Barceloneta I.
Las partes del barco
El tamaño real